Mantenimiento de calderas

Las calderas son un componente esencial para los sistemas de calefacción, sin embargo, si no reciben un mantenimiento apropiado, pueden producir mal funcionamiento. Por ejemplo, una fuga en una caldera puede provocar la acumulación de gases tóxicos y peligrosos como el monóxido de carbono. El mantenimiento de una caldera debe realizarlo un técnico profesional, que realizará diversos chequeos básicos. Esto incluye la revisión del termostato de la caldera y de cualquier tipo de humos que puedan provenir de ella, comprobar el funcionamiento efectivo del intercambiador y del quemador, así como inspeccionar los radiadores conectados al sistema.

Sin embargo, también hay acciones que puedes llevar a cabo para ayudar en el mantenimiento de la caldera. Es importante asegurarse que la chimenea esté libre de escombros o materiales que la obstruyan, tales como follaje o basura. También puedes hacer un saneamiento de los radiadores antes de usarlos en invierno. De este modo, se libera el aire que ha quedado atrapado con el paso del tiempo, lo que ayuda al sistema de calefacción a funcionar con mayor eficiencia.

Es crucial realizar un mantenimiento de calderas de máximo nivel para cuidar de tu salud y seguridad así como de todas las personas con quienes compartes la propiedad.

Durante los meses de invierno, las calderas se utilizan más a menudo que en otras épocas del año, por lo que es fundamental que funcionen de manera efectiva y eficiente todos los días. No realizar el mantenimiento adecuado, puede conducir a un aumento de las facturas de energía y de los costes de reparación. Además, un mantenimiento deficiente de la caldera puede causar una avería total y dejar tu hogar sin calefacción ni agua caliente. Por lo tanto, un plan de mantenimiento regular no solo contribuye a prolongar la vida útil de la caldera, sino que también garantiza que tu hogar disponga de calefacción cuando la necesites.